Piel sana y Vitamina C, el aliado perfecto en invierno
Con el invierno, los días de bajas temperaturas, viento, calefacciones y alta contaminación sacuden nuestro cuerpo y nuestra cara por fuera y por dentro. Por fuera, protegerse con ropas gruesas de abrigo de las inclemencias del frío se convierte en algo vital para prevenir las enfermedades respiratorias. Por dentro, es ampliamente conocido que las defensas del organismo sufren bajas considerables ante la tensión que tienen que soportar del crudo tiempo invernal.
Asimismo, el estado de ánimo también se resiente porque nuestro metabolismo se ralentiza, al igual que la producción de colágeno, sebo y sudor que son los encargados de la correcta hidratación y del equilibrio natural de la piel. Como el invierno no está reñido con la belleza, al contrario, no debemos olvidar los cuidados adecuados en una estación donde tenemos la piel más frágil, sensible y muchas veces con una apariencia cansada y desvitalizada.
Para resolver de una vez estos ataques externos e internos, la ingesta de Vitamina C pretende ser primordial para conservar ese óptimo estado de salud deseado, especialmente de la piel. Esta vitamina hidrosoluble sabemos que es necesaria para el crecimiento y el desarrollo del organismo como para la restauración de tejidos en todas las partes del cuerpo.
Es un potente antiinflamatorio y cicatrizante gracias a su asociación a la proteína básica y a iones, hierro y cobre, que son esenciales en la fabricación de la piel, los tendones, los ligamentos y hasta de los vasos sanguíneos.
Protégete del tabaco, de la contaminación y del sol
Además, es bien reconocida la Vitamina C como el antioxidante de mayor trascendencia, tanto en el mercado como en la industria, y la que mayores beneficios nos ofrece a nuestro cuerpo. Como algunos ejemplos, es capaz de bloquear parte del daño causado por los radicales libres, tanto los que produce nuestro organismo al descomponer los alimentos como los que provienen del exterior cuando estamos expuestos al humo del tabaco, a la contaminación o a la radiación solar.
El problema básico se encuentra en la acumulación en nuestro cuerpo de estos radicales libres. Con el paso del tiempo, estos radicales libres se hacen responsable del proceso de envejecimiento que tanto queremos evitar, además de otras problemáticas como el papel que desempeña en la aparición del cáncer, las cardiopatías y otros trastornos como la artritis.
Como nuestro cuerpo no está incapacitado para la producción ni el almacenaje de esta vitamina C tenemos que ingerir alimentos a diario que la contengan. Nuestra dieta mediterránea es perfecta para este equilibrio vitamínico como encontramos siempre con la fruta de temporada que contiene esta vitamina C como las naranjas, las fresas o kiwis. En las verduras, los pimientos crudos—rojo o verde— son los reyes en porcentaje de esta crucial vitamina.
La Vitamina C ayuda a evitar el envejecimiento prematuro
En el sector dermatológico, la Vitamina C está comprobado su protagonismo en la formación del colágeno que suavizará las finas líneas de arrugas y las de expresión como también es un ingrediente previsor de algunas enfermedades de la piel como son la psoriasis, los eccemas y herpes.
Como previene la mala circulación de la sangre, facilita que el colesterol no se acumule en las arterias donde protege a estas las grasas de su oxidación para dar mayor longevidad al colesterol bueno o HDL.
Con otras múltiples propiedades antibacterianas o antiinflamatorias, la vitamina C ayuda a la cicatrización gracias a su intervención en la mejora del sistema inmunitario, como lo hacen la vitamina A y la tiamina. Evita el envejecimiento prematuro con su protección del tejido conectivo, la "piel" de los vasos sanguíneos y ayuda en los movimientos articulares.
La vitamina C armoniza la producción de melanina, unifica el tono de la piel y evita la aparición de las molestas manchas tan visibles en la cara, cuello y hombros. Con todos los rendimientos de este nutriente esencial disminuyen los signos de fatiga y de envejecimiento con una recuperación de la firmeza y de la luminosidad para que en invierno se luzca un aspecto radiante y saludable.
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Unos claros ejemplos de estos productos son el Serum para el contorno de ojos Retinol Eye TR y el Retinol 10 TR que es un bálsamo hidratante de noche antiedad con retinol y vitamina A que se libera poco a poco a través de la piel para apoyar el rejuvenecimiento durante toda la noche y aumenta los niveles de hidratación mientras mejora la textura y la elasticidad.